Como animal de compañía, es una de las mascotas más populares en todo el mundo. Debido a que su domesticación es relativamente reciente, pueden vivir en ambientes silvestres formando pequeñas colonias relacionándose con otros gatos monteses y los seres humanos no controlan el suministro de alimentos o la cría. La asociación del gato con los humanos lo condujo a figurar prominentemente en la mitología y en leyendas de diferentes culturas, incluyendo a las civilizaciones egipcia, japonesa, china y escandinava.
Se observa un efecto relativamente modesto de la domesticación en el genoma del gato basado en su reciente divergencia con los gatos monteses, la mezcla continua entre gatos domésticos y monteses, y las escasas diferencias morfológicas, siendo excepciones, las diferencias de comportamiento de los gatos monteses en relación con la docilidad, la gracilidad y la pigmentación. El efecto de la domesticación del gato parece ser modesto en comparación con otros mamíferos, debido principalmente a:
- La historia reciente domesticación del gato.
- La ausencia de una fuerte selección para las características físicas específicas a diferencia de muchos otros mamíferos domésticos criados para comida, el pastoreo, la caza o la seguridad, el gato se ha domesticado principalmente en el período antiguo porque es un depredador que ayudaba a mantener controlados los roedores que comían los granos.
- El aislamiento limitado de las poblaciones silvestres con los gatos domésticos.
Algunos de los genes afectados son:
- Una región putativa del cromosoma A1 hay dos genes, la protocadherina PCDHA1 y el PCDHB4 implicados en el establecimiento y mantenimiento de conexiones neuronales, especificidad sináptica, el sistema de nervios serotoninérgicos del cerebro y el condicionamiento del miedo.
- El gen GRIA1 que codifica para un tipo de receptores de glutamato en el cromosoma A1. Son receptores de los neurotransmisores excitatorios predominantes en el cerebro de los mamíferos y desempeñan un papel importante en la expresión de la potenciación a largo plazo y la formación de la memoria.
- El gen DCC situado en el cromosoma que codifica el receptor de netrina. Este gen muestra una abundante expresión en las neuronas dopaminérgicas. La deficiencia del gen DCC supone una organización del sistema dopaminérgico alterado, que culmina con el deterioro de la memoria, el comportamiento y el efecto estímulo-recompensa. El gen DCC interactúa directamente con la cola del MYO10, un gen crítico para la capacidad migratoria de las células de la cresta neural.
- El gen ARID3B situado en el cromosoma B3 está implicado en la supervivencia neuronal de las células de la cresta neural. El gen ARID3B se induce en el desarrollo de embriones durante la diferenciación de células de la cresta neural para madurar células de los ganglios simpáticos. Otro gen situado en el mismo cromosoma, PLEKHH1, que codifica un dominio homólogo a plekstrina.
Se expresa predominantemente en el cerebro humano y cuando se altera,
conducen a la enfermedad neurológica y psiquiátrica. El gen PLEKHH1 interactúa con el factor de transcripción MYC, regulador de las células de la cresta neural, para activar la transcripción de genes relacionados con el crecimiento
Historia y mitología
Sin embargo, durante la Edad Media, se pensaba que eran familiares de las brujas. A veces se los quemaba vivos o se los tiraba desde la cumbre de edificios altos durante las festividades. En el mundo occidental es común la creencia de asociar al gato negro con la mala suerte (aunque hay excepciones, por ejemplo, en el Reino Unido). Para las personas supersticiosas, que se cruce un gato negro de forma súbita, es augurio de infortunos. De hecho, se dio el caso de culpar a los gatos de transmitir la peste bubónica, con lo que fueron exterminados en masa en pueblos y ciudades, contribuyendo a que se multiplicara la población de ratas, auténticos propagadores de la plaga.
Pero en los tiempos actuales la Iglesia católica ha declarado también como santos patrones de los gatos a san Antonio Abad, san Francisco de Asís y san Martín de Porres incluyendo a este felino con los demás animales domésticos, similar a los antiguos egipcios sin importar la raza y el color.
Es uno de los doce animales del ciclo de 12 años del zodíaco vietnamita, relacionado con el calendario chino
En el Tíbet se los considera desde tiempos inmemoriales guardianes de reliquias y templos posiblemente por la robustez ostensible e inteligencia atribuidas a la variante siamesa que allí en la cima del mundo, se desarrolla. Animal sagrado, venerado y a veces mimado excesivamente, en el seno del budismo tibetano se le considera acompañante en el tránsito obituario, y, en los sueños lúcidos, el subconsciente del que sueña (o viaja) es representado por un gato gigante, obeso, mudo y bonachón.
Características
Sociabilidad, comportamiento, y costumbres
Al contrario de lo que se suele suponer, en estado salvaje el gato es un animal muy social, que llega a establecer colonias más o menos jerarquizadas. Es un animal cazador y los machos marcan el territorio orinando.
Pueden sufrir enfermedades psicológicas tales como el estrés. Al igual que un humano estresado, tenderá a desarrollar un comportamiento neurótico.
Su vejez no es gradual, como la humana, sino abrupta. Dura aproximadamente un año y desemboca en la muerte. Un ejemplar viejo desarrolla cataratas y se vuelve más lento. También pierde el olfato. Generalmente duerme todo el día, sin desarrollar ninguna otra actividad, muestra de su extremo cansancio.
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